viernes, 12 de abril de 2013

UNA OSTRA QUE NO FUE HERIDA, NO PRODUCE PERLAS...






Las perlas son productos del dolor, como resultado de la entrada de una sustancia extraña o indeseable dentro de la ostra, como un parásito o un grano de arena.



En la parte interna de la concha se encuentra una sustancia brillante llamada nácar. Cuando un grano de arena, la penetra, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y capas para proteger el cuerpo indefenso de la ostra.



Como resultado, una hermosa perla se está formando en el interior.



Una ostra que no resultó herida, de ningún modo produce perlas, pues una perla es una herida cicatrizada que ha sanado.



Lo mismo puede sucedernos a nosotros.



¿Usted ya se sintió herida por las palabras duras de alguien?



¿Ya fue acusada de haber dicho cosas que no dijo?



¿Sus ideas ya han sido rechazadas o mal interpretadas?



¿Usted ya sufrió el golpe duro del prejuicio?



¿Ya recibió a cambio un poco de indiferencia?



¡Entonces, produzca una perla!



Cubra sus penas, sus tristezas, sus heridas con varias capas de AMOR.



Desafortunadamente, son pocas las personas que están interesadas en este tipo de movimiento. La mayoría sólo aprende a cultivar el resentimiento y el dolor, dejando heridas abiertas y alimentándose con varios tipos de sentimientos que la hacen sentirse pequeña y por lo tanto no le permiten sanar, no permiten que cicatrice.



Así pues, en la práctica, lo que vemos son muchas "Ostras vacías", no porque no hayan resultado heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar el dolor en amor.



¡Una sonrisa, una mirada, un gesto, en la mayoría de los casos, vale más que mil palabras!

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