Nuestras voluntarias se dirigieron en
esta ocasión a la calzada Ermita Iztapalapa con el fin de llevar a cabo
la difusión del proyecto en los alrededores del Centro Femenil de
Readaptación Social en la Colonia Santa Martha Acatitla; nos comentaron
que al principio las mujeres estaban con una actitud desconfiada y
distante. Pues las mujeres que están ahí purgando una condena son
olvidadas por sus familiares y aquellas pocas que tienen visita
(nuestras voluntarias señalaron que las visitas al centro de
readaptación femenil son muy pocas comparándolas con las visitas del
centro de readaptación varonil que está a escasos metros); su familia
cuida de no ser reconocida debido a que temen ser discriminados,
señalados o calumniados por alguien.
Poco a poco, las mujeres fueron aceptando el trabajo de difusión que nuestras voluntarias les iban comentando e invitándolas a participar de nuestro próximo encuentro de mujeres.
Fue un trabajo diferente, arduo y de mucho apoyo para los familiares que tienen a un familiar en esas condiciones; aún más si ella es madre de familia y tiene hijos que por su edad aun dependen de ella.
El Proyecto Rahab nació para ayudar a las mujeres que sufren, fortalecer su autoestima, ayudarlas a luchar contra toda adversidad, que aprendan a valorarse a sí mismas y fortalecer la unidad familiar.
Poco a poco, las mujeres fueron aceptando el trabajo de difusión que nuestras voluntarias les iban comentando e invitándolas a participar de nuestro próximo encuentro de mujeres.
Fue un trabajo diferente, arduo y de mucho apoyo para los familiares que tienen a un familiar en esas condiciones; aún más si ella es madre de familia y tiene hijos que por su edad aun dependen de ella.
El Proyecto Rahab nació para ayudar a las mujeres que sufren, fortalecer su autoestima, ayudarlas a luchar contra toda adversidad, que aprendan a valorarse a sí mismas y fortalecer la unidad familiar.
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