Era de noche, cuando
plácidamente el anciano cocinaba una sopa de verduras para agasajar a su hijo
que vendría a visitarlo. En el momento en que fue a buscar las zanahorias, se
dio cuenta que no tenía más. Una sopa sin zanahorias, no es sopa, pensó. Entonces
decidió salir en busca de algunas, a la aldea vecina... Para llegar hasta allí,
tenía que atravesar un pequeño bosquecillo de árboles altos y frondosos.
Mientras caminaba tranquilo por el sendero, de
pronto lo paralizó el miedo.
Algunos metros adelante, colgaba de la rama de un árbol una gran serpiente, impidiendo su paso.
Estuvo detenido mirándola por bastante rato,
hasta que pensó en que su hijo estaría pronto a llegar y no encontraría a nadie
en el hogar. No quería que su hijo se preocupara o pensara que su padre se
había olvidado de su visita, por lo tanto tomó coraje y con una rama seca dio
unos pasos para azotar al animal y así quitarlo del medio del camino.
Pero en cuanto avanzó acercándose más al lugar de dónde la serpiente colgaba, pudo notar que el tamaño era mayor de lo que había visto antes. El miedo lo inmovilizó nuevamente y se dejó caer al suelo junto con la rama. Comenzó a llorar desesperado y conmovido por no poder enfrentar al animal. Su hijo, que ya había llegado a la casa; notó que su padre no estaba.
Inmediatamente
tomó la linterna y salió por el oscuro sendero en busca de su padre. Caminó un
buen rato, hasta que en el silencio de la noche escuchó el llanto de un hombre,
cuando se acerca al lugar, se da cuenta que era su padre. Intrigado le pregunta
qué le pasaba, por qué lloraba así. El padre mirando hacia los ojos de su hijo;
con un poco de vergüenza, le explica lo cobarde que es su padre por no poder
avanzar en el sendero a causa de la serpiente. El hijo ilumina con la potente luz de la
linterna al árbol, da unos cuantos pasos hacia el animal, se acerca lo
suficiente como para darse cuenta que lo que colgaba de aquel árbol, no era una
serpiente:
¡¡¡¡¡ERA una cuerda atada a la rama!!!!!
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